Tres personas salvaron sus vidas de milagro la terrible noche cuando el techo de la discoteca se desplomó, dejando 221 muertos y 189 heridos. Charlie Mariotti
El miembro del Comité PolÃtico del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Charlie Mariotti, compartió una reflexión sobre el hecho. Reveló que, de no haber tomado una decisión de último momento, habrÃa estado presente en el lugar del incidente.
“Pude haber estado ahÔ, confesó conmovido, relatando que cada lunes participa en una tradicional reunión con amigos en el restaurante Varelo, ubicado en la capital. Ese dÃa, sin embargo, optó por no asistir debido a la ausencia de su amigo, el empresario Antonio Espaillat, quien se encontraba fuera del paÃs.
“Bastó solo un segundo para que todo cambiara”, expresó Mariotti, utilizando una analogÃa con “Alicia en el PaÃs de las Maravillas” para ilustrar lo efÃmero y decisivo del tiempo. Reconoció sentirse fÃsica y emocionalmente afectado, en sintonÃa con el estado de luto colectivo que atraviesa la nación. Esteban Germán
El expelotero Esteban Germán también corrió con suerte: estaba sentado junto al también expelotero Octavio Dotel en la misma mesa y, según testigos, momentos antes del colapso del techo del Jet Set, él se encontraba en el baño del local.
Este pequeño margen de tiempo le permitió salir con rapidez y ponerse a salvo en la explanada frontal del establecimiento, evitando ser impactado por los escombros. Iris Peña
Otra afortunada fue Iris Peña, una joven que contó que cuando llegó a la discoteca junto a otras personas, la orquesta de Rubby Pérez estaba lista y el cantante no habÃa salido a escena.
Dijo que, pese al haber comprado su boleta VIP, la ubicaron «lejos», hacia atrás. «Yo estaba tranquila, no dije nada.En un momento comenzó a caer tierra del techo y pregunté si la tierra tembló, porque sentà que nos estaba cayendo tierra. Y me dijeron ‘mira, muchacha, nosotros estamos con Dios, eso no va a pasar'».
Cuando entró, se sentó y una piedra cayó en la mesa. Andaba con su hijo, dijo, de nacionalidad francés.
Su hijo iba a buscar una chaqueta y otra persona—que luego murió—le dijo que no regresara, y fue en ese momento cuando todo se desplomó.
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