Paulino Moya, quien preside el Ministerio Jesús Es Sanidad Y Vida Eterna INC., reconoció las inquietudes del gremio magisterial, pero enfatizó la importancia de incluir a todos los sectores involucrados en la educación en un proceso de reflexión y diálogo. Asimismo, destacó la necesidad de preservar la salud moral, espiritual y física del estudiantado.
En su intervención, el líder evangélico subrayó que ha decidido unir esfuerzos con la Federación de Asociación de Padres, Madres, Tutores y Amigos de la Escuela (APMAES) para promover la conciliación de intereses en beneficio de las comunidades educativas. Según expresó, la Iglesia siempre ha procurado ser un ente de mediación en los conflictos sociales.
El reverendo también advirtió que la suspensión indefinida de la docencia afecta no solo a la ADP, sino también a los suplidores del almuerzo escolar, al comercio de San Francisco de Macorís, al programa de alimentación escolar del Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) y a las familias de escasos recursos económicos. En este sentido, enfatizó que el paro de labores deteriora la relación entre el Gobierno y la ADP, afectando el bienestar de los estudiantes.
Finalmente, el líder cristiano instó a las iglesias, tanto católicas como evangélicas, a declararse en oración permanente para que se logre un consenso que permita la suspensión del conflicto. Asimismo, propuso que en la próxima mesa de diálogo se incluyan representantes del pastorado evangélico, cuya labor en la lucha cívica ha generado confianza en la búsqueda del bien común.
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