Por Antonio Moreta Elfarord.com
En los últimos años en la Republica Dominicana los grupos ambientalistas radicales han desarrollado esfuerzos con un interés marcado, por colocar en contraste las actividades agrícolas y las actividades mineras liberando de toda culpabilidad la agricultura y mostrando a la ciudadanía la minería como una antesala del infierno y culpándola de toda situación negativa que afecta al medio ambiente.
No podemos dejar de reconocer la importancia insoslayable que juega la agricultura en el sostenimiento y existencia de la humanidad pues esta actividad permite obtener los frutos necesarios para la alimentación de los seres humanos y algunas especies de aves y animales silvestres y domésticos, interesante señalar que, al pasar de los años la misma ha evolucionado de forma significativa experimentando trasformaciones sustanciales para aumentar su producción.
Precisamos que, esta indispensable actividad desarrollada por siglos, depende en su totalidad del medio ambiente y que además es pregonada y defendida por aguerridos ambientalistas que en innumerables discursos arengan a grandes masas a salir en estampidas a defender con sus vidas los recursos medioambientales para que no desaparezca la actividad agrícola en algunas localidades y el planeta en sí. Pero es bueno resaltar sin menoscabar, cual es el rastro y las huellas que emite la agricultura al medio ambiente en el paso de la historia debido a los insumos los cuales se ve obligada a auxiliarse y en qué medida los ambientalistas contemporáneo afrontan tal situación puesto que la agricultura utiliza los siguientes recursos que exponemos a continuación y los mismo dejan las huellas que de igual forma señaláremos:
La agricultura tradicional utiliza una variedad de productos químicos para mejorar la producción de cultivos y controlar plagas. Algunos de los más comunes incluyen:
1. Fertilizantes: Son compuestos que aportan nutrientes esenciales a las plantas. Los fertilizantes nitrogenados, fosfatados y potásicos son los más utilizados.
2. Plaguicidas: Se emplean para controlar plagas y enfermedades que afectan a los cultivos. Existen diferentes tipos de plaguicidas, como insecticidas, fungicidas y herbicidas.
3. Herbicidas: Son productos químicos utilizados para eliminar malas hierbas que compiten con los cultivos por recursos como luz, agua y nutrientes.
4. Reguladores del crecimiento: Estos químicos ayudan a promover o inhibir el crecimiento de las plantas, afectando características como el tamaño y la productividad.
5. Desinfectantes de suelos: Se utilizan para controlar patógenos en el suelo antes de plantar, lo que ayuda a prevenir enfermedades de las plantas.
Es importante aclarar que, aunque estos productos pueden ser efectivos, su uso tiene un efecto catastrófico en el medio ambiente y la salud humana. Por tal razón, los países desarrollados y en vía de desarrollo están buscando alternativas sostenibles; como la agricultura orgánica y el uso de técnicas agroecológicas cuya implementación en el campo es imposible sin la utilización de las herramientas, recursos y tecnología que aporta la minería. Puesto que, los químicos agrícolas, aunque son utilizados para aumentar la producción y controlar plagas, también pueden provocar numerosos daños al medio ambiente. Algunos de los principales efectos negativos son:
1. Contaminación del agua: Los fertilizantes y plaguicidas pueden escurrirse hacia ríos, lagos y acuíferos, contaminando fuentes de agua y afectando la vida acuática. La eutrofización, un exceso de nutrientes en el agua, puede conducir a la proliferación de algas y la muerte de peces.
2. Degradación del suelo: El uso excesivo de químicos agrícolas puede afectar la salud del suelo, reduciendo su fertilidad natural y alterando su composición microbiológica. Esto puede llevar a la erosión, compactación y pérdida de nutriente.
3. Pérdida de biodiversidad: Los plaguicidas y herbicidas pueden afectar no solo a las especies objetivo, sino también a organismos no deseados, incluyendo polinizadores como abejas y otros insectos, y algunas especies de aves y mamíferos, contribuyendo a la disminución de la biodiversidad.
4. Desarrollo de resistencia: El uso continuo de plaguicidas puede llevar a que las plagas desarrollen resistencia, lo que resulta en la necesidad de utilizar químicos más dañinos o en mayores cantidades.
5. Efectos en la salud humana: La exposición a químicos agrícolas puede causar problemas de salud en trabajadores agrícolas y comunidades vecinas, incluyendo enfermedades respiratorias, trastornos hormonales y enfermedades relacionadas con el sistema nervioso.
6. Impacto en el clima: Algunos fertilizantes, especialmente los nitrogenados, pueden liberar óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global.
7. Contaminación del aire: La aplicación de pesticidas puede liberar compuestos orgánicos volátiles (COV) que contribuyen a la contaminación del aire y pueden afectar la salud de las personas y la fauna.
La minería moderna también impacta al medio ambiente dado que, no existe una actividad de algún ser vivo que no cause algún impacto al medio ambiente.
En tal sentido debemos señalar que, de la misma forma que la civilización, el desarrollo y la tecnología han favorecido toda acción y tarea que se desarrolla en las distintas ramas de la vida cotidiana, también la minería moderna ha evolucionado de forma significativa hasta lograr reducir su impacto en el medio ambiente de modo que, puede coaccionar de forma conjunta con la agricultura aportando al crecimiento económico de los distintos sectores de la sociedad.
En breve resumen, destacamos que, las actividades productivas desarrolladas por la minería moderna, más que una amenaza para las biodiversidad, las comunidades y el estado mismo, son una vía de desarrollo que a su vez opera dejando una huella leve en su paso debido al uso de recursos modernos y científicos que permiten operaciones normales. A continuación se presentan algunos aspectos clave:
1. Impacto ambiental: La minería ha reducido el impacto medioambiental debido a distintos factores entre los que podemos destacar, el hecho de que ha sido menester ajustarse a las leyes vigentes de cada estado donde opera así como también a las decisiones de organismos internacionales que procuran y accionan en la defensa del medio ambiente.
2. Tecnologías sostenibles: La minería moderna ha estado adoptando tecnologías más sostenibles para minimizar su impacto ambiental. Esto incluye el uso de métodos de extracción que reducen la huella ecológica, la rehabilitación de áreas mineras después de la extracción y la implementación de sistemas de gestión ambiental.
3. Reciclaje y reutilización: La eficiencia en el uso de recursos se ha vuelto una prioridad, promoviendo el reciclaje de materiales y la reutilización de los residuos generados por la minería. Esto ayuda a reducir la necesidad de nueva extracción y conservando los recursos naturales.
4. Normativas y regulaciones: Muchos países han establecido regulaciones más estrictas para la minería, exigiendo a las empresas que implementen prácticas responsables y que realicen evaluaciones de impacto ambiental antes de comenzar operaciones. La transparencia y la rendición de cuentas son cada vez más importantes en la industria.
5. Impacto social: La minería también tiene un impacto significativo en las comunidades locales. Puede generar empleo y desarrollo económico.
6. Iniciativas de responsabilidad social: en la minería moderna, se han adoptado enfoques de responsabilidad social corporativa de forma global trabajando con comunidades locales para asegurar que los beneficios de la minería se distribuyan de forma equitativa y que se respeten los derechos humanos a diferencia de la agricultura local cuyo avance en la actualización se proyecta un poco lento.
En resumen, debemos promover la unión de esfuerzo entre sectores estatales y sectores ambientalistas de consciencia a fin de que la agricultura sea modernizada y a su vez tecnificada usando las herramientas y medios que proporciona la minería a fin de reducir su impacto en el medio ambiente, aunque la minería moderna presenta desafíos ambientales, también hay esfuerzos y tecnologías en desarrollo para mitigar su impacto en la sociedad así como también consolidar y promover prácticas sostenibles y amigables con el medio ambiente.
El autor es: Abogado y escritor, reside en San Juan de la Maguana.
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