El Jardín Botánico Nacional “Dr. Rafael María Moscoso” no es solo un espacio de recreación, sino un patrimonio científico, ecológico y cultural que representa el corazón verde de la capital dominicana. Fundado en 1976 y ubicado en el sector Altos de Galá, este pulmón urbano de 2 millones de metros cuadrados alberga una de las colecciones botánicas más importantes del Caribe, con especies nativas, endémicas y en peligro de extinción.
Un legado que honra la ciencia dominicana
Nombrado en honor al primer botánico dominicano, Dr. Rafael María Moscoso, autor del Catalogus Florae Domingensis, el jardín fue diseñado por el arquitecto Benjamín Paiewonsky y el ingeniero Joaquín Ruiz. Su emblema, la hoja del guanito (Coccothrinax argentea), simboliza la belleza y fragilidad de la flora isleña.

Protección legal y evolución institucional
Creado por la Ley 456 en 1976, con personería jurídica.
Administrado inicialmente por la Fundación Pro-Flora Dominicana, luego pasó a manos del Estado mediante el Decreto 41-97.

En 1997 se integró el Centro de Conservación de Plantas de la Isla Española, fortaleciendo su rol científico.
Desde el año 2000, está adscrito al Ministerio de Medio Ambiente, con autonomía administrativa y un Consejo Directivo.
Por qué debe mantenerse sin alteraciones
Cualquier alteración pondría en riesgo su equilibrio natural y su misión de preservar la flora nacional.
Es un refugio de biodiversidad que protege ecosistemas únicos y especies amenazadas.

Funciona como centro de investigación científica, educación ambiental y conservación.
Su valor paisajístico y ecológico contribuye a la regulación climática y mejora la calidad del aire en Santo Domingo.
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